La soltería es una elección. ¿Hasta cuándo piensas formar parte de ella? por RBC

   De pronto algunos han creído —en una etapa de su vida— que la soltería es una maldición; y si así lo fuera, ¡sería una buena noticia!, pues por lo menos podríamos decir: si es eso, entonces la soltería tiene cura, pues hablaríamos de “magia” y los chamanes se harían de una buena fortuna limpiándonos de esa energía, además de eliminar ese estigma de que algo hemos estado haciendo mal. Pero por si fuera poco, esto no resulta una preocupación tan grande como lo es la presión de la sociedad, misma que obliga a que la familia se cuestione tu sexualidad y discrimine tu forma de ser. En las reuniones surge la pregunta obligada e incómoda: ¿y tú, cuándo piensas salir del mercado de solteros? Y entonces vienen las miradas de condescendencia, como si fueras un ser inferior, una especie rara y extraña como para abrirla, analizarla y descubrir el defecto, el error o el mal que vive en tu interior. Lo curioso es que el soltero espera, ya sabe que ese momento molesto va a llegar, como cuando se proyecta la escena que menos le gustó de su película favorita y la cual desearía jamás la hubiesen agregado en la edición final.
  Tengo una amiga de la cual, por el momento, sólo nombraré sus iniciales, ella es M.S. y en una de nuestras reuniones me dijo: es triste que a veces concluyo que sí hay algo malo en no tener pareja, que estamos enfermos y que necesitamos toda clase de cursos, retiros o especialistas para sanar. Aunque pensándolo bien, igual y la soltería es lo que tú y yo deseamos; y sólo eso, sin otra cosa más. ¿O no? 

  La verdad es que yo igual me sentí identificado con sus palabras; me resultaron ciertas. 
  No es hasta hace apenas unos meses, entre el 2016 y 2017, cuando escuché hablar a una booktuber acerca de un libro que trataba sobre la soltería. Y llegué a su canal porque yo igual estaba leyendo un libro de esa temática, el cual abandoné por impaciencia, pues resultó ser un manual y yo no andaba —ni ando— en busca de uno, pues me hace sentir como una televisión o una computadora que llegó a casa sin instructivo para el romance o cómo casarse. Sería curioso eso, que cada uno trajera una serie de manuales para los diferentes aspectos de la vida, aunque también sería muy aburrido. Pero bueno, no fue hasta hace poco que descubrí, por M.S., por la booktuber y por experiencia propia, que la soltería es una elección.
  «Quiero un hombre guapo, fiel, trabajador, soñador, amoroso, rico, y que me embarace». Fue lo que su mejor amigo gay le dijo a M.S. en una tarde que salieron de compras, él lo mencionó de una manera tan natural que más que una simple lista, sonó a una especie de mantra personal. 
  Y era cierto, para su amigo esas líneas se había convertido en una plegaria disimulada, pues luego de lo que ella respondió él le confesó que esperaba el clásico: mírate primero, no puedes exigir lo que no posees, ¿tú eres rico, fiel, guapo y estás dotado?, o que después de unas fortísimas carcajadas le hiciera saber que no se puede todo en la vida. Pero para su sorpresa ella le contestó con total sinceridad y seriedad lo siguiente: 
  «Lo puedes conseguir; bueno, excepto que te embarace». 
  M.S. dice que vio cómo su amigo suspiró, sus ojos se le llenaron de regocijo y la abrazó y besó fuertemente, para luego agradecerle un par de veces. 
  Jamás creyó encontrarse ante esa reacción de su mejor amigo, pues sólo había sido sincera. De pronto se sintió una gurú espiritual o algo parecido a un guía, aunque realmente no supo cómo describírmelo, pero lo que sí recuerda es que ambos ese día compartieron una tarde íntima y especial, como ninguna otra. A causa de que quizás no me quedara con una "mala imagen de él", M.S. me contó que lo que para su amigo eran hombres atractivos a ella nadamás no le atraían ni un poquito, por lo que aunque su mantra sonara más "al complejo adonis", sabía que su amigo realmente no pedía imposibles.
  A finales del 2016 escuché en la televisión que los médicos habían declarado a la soltería una discapacidad y que esto debía ser necesario para que aquellos solteros que deseen tener hijos sin contar con una pareja, sus gastos le resultaran económicos. ¿Y por qué una discapacidad? Los médicos respondieron que como individuos somos incapaces de encontrar ese alguien para reproducirnos. 
  Y no sólo para la medicina “somos un caso de estudio”, también en el ámbito laboral, pues dicen especialistas que es menos probable que un soltero se convierta en una persona exitosa, ya que si no sabe “venderse” él mismo a alguien, si no ha podido encontrar a quien se enamore de él, entonces es poco probable que logre seducir un buen puesto laboral, y ni pensar en hacer algo propio, pues quién te compraría algo cuando nadie te ha “comprado a ti”. 
  Te pone en duda, eso es claro, muy en duda. Pero todo parece indicar que es eso lo que se pretende, obligarnos u orillarnos a sentir culpa, a sentirnos mal por aún no haber elegido con quién formar nuestras vidas. Por no cumplir con lo que es realizarse en una vida “común o normal”. 
  Ahora, dejando a un lado los casos muy extremos como ser obligados ya sea por cultura o tradición de permanecer solos u otros motivos que nos priven de esa libertad, hay una serie de preguntas que me hicieron saber que ser soltero ha sido una elección: 
  1.- ¿Alguna vez has rechazado una propuesta de pareja? Estoy seguro que alguna vez alguien se nos ha insinuado alguien que nos gusta un poco o hasta haber sido directo en decirnos que quería algo con nosotros pero no aceptamos por alguna razón justificable (no está agendado como prioridad en nuestro plan de vida, entre otros). 
  2.-¿Qué has hecho para conseguir lo que tienes? (Casa, trabajo, amigos…) Si todo este tiempo has estado preparándote, estudiando, trabajando, saliendo a conocer gente nueva o visitando las agencias de autos o bienes raíces. ¿Qué has hecho para encontrar a una pareja? ¿Realmente está en tus pensamientos encontrarla? ¿Es algo que deseas? 
  3.- O es que acaso, ¿si no tienes a la persona que quieres entonces no hay otra? ¿Te has atrevido a mirar más allá de ese hombre o mujer que te atrae? ¿O vives ensimismado de que si no es él o ella, es que no hay nadie más?
  Hay quienes desde muy pequeños tienen la claridad de ser padres, tener hijos, casarse y es lo que tienen, quizás no tendrán un puesto laboral estupendo o quizás se encontraron con la sorpresa de que el amor vino con un buen trabajo bajo el brazo. O quizás ambas cosas eran lo que deseaban y lo han conseguido. 
  Hagamos una lista de lo que hemos querido, lo que hemos logrado y lo que realmente queremos conseguir. ¿En qué punto has puesto casarte o tener una relación? 
  En la de M.S. no está en el número uno —aunque cabe decir que lo ha intentado establecer una relación y éstos han resultado fallidos—, en la mía tampoco. ¿Y en la tuya? 
  Un ejemplo por mencionar: Jane Austen decidió escribirle al amor, fue una enamorada empedernida y es hasta el día de hoy muy exitosa. Nunca se casó. 
  A pesar que el futuro es incierto, en este instante estoy seguro que no estoy en búsqueda de encontrar un romance, M.S. tampoco, la autora del libro que la booktuber leyó tampoco, ni la booktuber misma. M.S. dice que tiene otros planes y que está segura que cuando esos proyectos estén realizados, será el amor el que venga bajo el brazo de su éxito. 
   M.S. está segura de que se tiene lo que se quiere, y que si hay algo que le haga falta no hay tiempo para lamentos, hay que actuar. Pero nunca hacerlo para satisfacer a los de alrededor. 
  Así que si aún se está soltero, es porque muy por encima o muy en lo profundo es lo que se quiere. Tú y nadie más decidirá cuando empezar una nueva etapa en tu vida sentimental (salvo casos extremos como mencioné con anterioridad). 
  Casado o soltero, hay que ser felices, con todo y las responsabilidades o características que éstos conllevan.

RBC.